HARRISBURG, Pa. — Una mujer de Afganistán que vive en el centro de Pensilvania desde el 2014, nos cuenta los agradecida que está de estar en los Estados Unidos al ver las tragedias que sufren sus compatriotas ahora.
La mujer, que decidió permanecer en el anonimato, nos cuenta que sus recuerdos de infancia en Afganistán durante el gobierno Talibán a finales de los 90 y principios de los 2000 la persiguen hasta el sol de hoy.
“Fui al médico sin el Chadri [velo]. Me golpearon con un palo grande. Solo recuerdo cómo me golpeaban los pies y la espalda.”
Ella tenía solo 11 años.
Ahora, el miedo que ella una vez vivió ha vuelto. Pero no por ella, sino por su familia que aún permanece en Kabul.
“Estoy muy triste porque estamos aquí. Estamos a salvo. Tenemos una buena vida. Estamos tristes porque no podemos hacer nada por ellos."
Y ella no es la única.
Muchos afganos en el Centro de Pensilvania comparten su temor por la seguridad de sus familias y la incertidumbre de lo que les sucederá ahora que los Talibanes están en el poder.
“Me dijeron, la situación está mala. Quieren venir a los Estados Unidos."
“No saben qué va a pasar y hay mucha incertidumbre. No hay control, No hay derecho, por lo que es un caos allí."
Los refugiados que ya están establecidos en los Estados Unidos, le están suplicando al gobierno que les ayuden a traer a sus familiares aquí.
"El gobierno de los EE. UU. tiene que hacer algo para que podamos traer a nuestra familia aquí."
